Autor: Ramón Mª del Valle Inclán
Género: Relato breve
Editorial: Austral - Narrativa
Forma parte de los libros de relatos: Jardín umbrío, Jardín
novelesco y Flores de almendro*
Este relato, sigue el esquema clásico narrativo: comienzo o presentación, nudo y desenlace.
El comienzo o presentación es muy breve, un anciano cuenta, en primera persona, una historia mucho tiempo
después de que acaeciera lo sucedido pero, para el
narrador-protagonista -el futuro granadero del Rey-, los sentidos y los
sentimientos que guarda de aquel instante están aún a flor de piel a pesar del
tiempo transcurrido. Como dice el autor: de mozo prácticamente imberbe a viejo
caduco.
Al tratarse de un relato breve los personajes son pocos: el muchacho, la madre, el sacerdote, el rey (por alusiones)...
Este comienzo "desde el final", nos trae a la memoria el recuerdo de García Márquez quien jugó con ese modo de presentarnos los hechos en "Cien años de soledad".
Valle Inclán, sin casi darnos cuenta de ello, nos sumerge
en la Galicia más profunda, en la Galicia de las pequeñas y antiguas iglesias, de
pueblecitos perdidos entre bosques de pinos, eucaliptos y helechos; en un
entorno rural pleno de miedo, fantasía y supersticiones.
Quien conozca algo de Galicia y de su medio ambiente, le será
muy fácil visualizar esas iglesias de piedra, antiquísimas, con el exterior
cubierto de moho, que rezuman humedad.
En cuanto al interior, por lo que conozco, suelen ser
lugares lúgubres, húmedos, en el que muros y columnas también están tomados por
el verdín y los hongos; despiden un olor especial como a sudor y a putrefacción;
a veces desprenden un ligero aroma a la cera de las velas –si es que están
encendidas-. A cualquiera que las visite el escalofrío es algo connatural, no
pasa desapercibido: la obscuridad del interior, ese frío húmedo, las losetas
que cubren el suelo, todas ellas con nombres y fechas… ¡Porque bajo aquel suelo
descansan los habitantes del lugar, los más pudientes! Y, a estos hay que
añadir, si la capilla o iglesita es algo grande, los enterramientos en los
muros laterales, sobre altares o en pequeños nichos donde, como en el relato,
aparece la escultura del difunto.
Los ruidos...
Todo esto ayuda a asustar a cualquiera, como sucede en la
historia. Aterrorizar a todos, menos al prior quien, además de sacerdote, fue
antes militar y al que no le espantan las “meigas” a pesar, y como dicen los
gallegos “Que, haberlas, hailas”.
El sacerdote es un hombre templado, valiente, que obliga
al muchacho a abrir el sarcófago para ver qué sucede dentro de él y, cuando
ya ha satisfecho su curiosidad, y ve que
el joven se espanta, ni tan siquiera aguarda a que se confiese, sino que lo deja sin
darle la absolución “por cobarde”.
El encontrar ese nido de serpientes en la calavera del
difunto es como si el autor con esto nos dijera: “La serpiente –léase, el
diablo- nos sigue hasta el más allá”, pensamiento mío que pongo en boca del
autor. Pensamiento que, creo, tiene dos lecturas:
1 – La serpiente-diablo nos sigue hasta el más allá y
permanece enredada a nuestros huesos sin abandonarnos porque en vida le
pertenecimos.
2 – La serpiente-diablo nos sigue hasta el más allá y
permanece enredada a nuestros huesos intentando hacernos suyos, algo que no
consiguió mientras vivíamos…
Esta obra es un gozo de lectura, por su prosa impoluta,
por sus figuras retóricas (tiene muy hermosas comparaciones) y, cómo no, con su
pizca de sorna: “¡Yo no absuelvo a los cobardes!”.
* 2013-05-27 – IV Salón de
Lectura – Comentario del relato: “El miedo” de don Ramón María del
Valle Inclán.
Nota.- Esta obra se publicó por primera vez el 27 de enero de 1902 en el periódico El
Imparcial. El autor lo incluyó, apenas sin variantes, en todas las
ediciones de los Jardines (Jardín umbrío y Jardín novelesco) hasta la última de
1920. Fue reproducido profusamente en numerosos periódicos y revistas de la
época. En Flores de almendro, cuidada e importante recopilación de todas las
novelas cortas y los cuentos publicados en libro, realizada por Juan B. Bergua
en 1936, dos meses después de la muerte de Valle Inclán, que había merecido su
visto bueno, “El miedo”, contando esta edición, fue editado veinte veces en
vida de su autor. La mayoría de los cuentos que forman parte de Jardín umbrío participa
de los rasgos estructurales de lo que conoce como Memorias: relatos con
presencia de narrador, escritos en primera persona.
Biografía del autor.- Ramón Valle y Peña (Villanueva de
Arosa, 28 de octubre de 1866 –Santiago de Compostela, 5 de enero de 1936), también
conocido como Ramón del Valle-Inclán o Ramón María del Valle-Inclán, fue un
dramaturgo, poeta y novelista español, que formó parte de la corriente
literaria denominada modernismo en España y se encuentra próximo, en sus
últimas obras, a la denomina
da generación del 98. Se le considera uno de los
autores clave de la literatura española del siglo XX.
![]() |
Imagen obtenida en Internet |
Respecto a su nombre público y literario, Ramón del Valle-Inclán
es el que aparece en la mayoría de las publicaciones de sus obras, así como en
los nombramientos y ceses de los cargos administrativos institucionales que
tuvo en su vida. El nombre de Ramón José Simón Valle Peña sólo aparece en los
documentos de la partida de bautismo y del acta de matrimonio. Como Ramón del
Valle de la Peña sólo firma en las primeras colaboraciones que realiza en su
tiempo de estudiante universitario en Santiago de Compostela para Café con
gotas. Semanario satírico ilustrado. Con el nombre de Ramón María del Valle-Inclán
se le encuentra en algunas ediciones de ciertas obras su época modernista, así
como en un texto igualmente de su época modernista, que responde a una
particular «autobiografía». No sólo él mismo toma a veces este nombre durante
esta época literaria, sino que también Rubén Darío igualmente así le declama en
la «Balada laudatoria que envía al Autor el Alto Poeta Rubén» (1912). Por otra
parte, tanto en la firma ológrafa que aparece en todos sus textos manuscritos, como
en el membrete del papel timbrado que utiliza, sólo indica «Valle-Inclán», a
secas.
Ver más en el siguiente enlace:
No hay comentarios:
Publicar un comentario