¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS A TODOS!!

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miércoles, 11 de septiembre de 2019

Un espíritu en mi sofá, Alicia Lakatos Alonso

Título: Un espíritu en mi sofá
Autora: Alicia Lakatos Alonso
Editorial: esstudio ediciones
Año: Mayo 2019
Nº de páginas: 341
Formato: Papel
ISBN: 978-84-17226-4

Empezado a leer el: 7-VII-2019
Acabado de leer el: 12-VIII-2019

La biografía de la autora se puede leer en una entrada anterior en este blog, o picar en el siguiente enlace:
https://juanacastilloescobar.blogspot.com/search/label/Alicia%20Lakatos%20Alonso


Frases que me han gustado:

[…] Un llanto sin lágrimas, inaudible para los oídos, aunque no para el corazón. (Pág. 166)

Los mediocres tienen que encontrar una causa que justifique su sensación de fracaso, y qué mejor que echar mierda sobre los que brillan con luz propia. ¿No crees? (Pág. 188 – José Latorre a propósito de Manuela).

[…] El mayor dolor que puede soportar un ser humano es el de la injusticia. El ver que quienes te rodean saben la verdad; y por miedo callan, o mienten. El saber que llevas razón, pero que nadie te escuchará porque tienen orden de no hacerlo. Fui sacrificada para tapar el error de otra persona. (Págs. 201-202)

Nunca odies a nadie, Óscar, por más que te hagan, por más que te digan. El odio destruye, te hace pequeño y te envenena. El amor te engrandece. (Pág. 205)

[Consejo que le da el abuelo a Óscar…] El cariño nunca es pasado. Nunca desaparece. (Pág. 302)

[Pensamiento de Cristina, hermana de Óscar…] Cada persona, cada ser vivo, tiene que ir detrás de su propia felicidad. Si no, es todo un engaño, un postureo, una falsedad, un aparentar lo que no se es, o lo que no se siente. (Pág. 315)


En la vida nunca hay que rendirse ante nada. (Pág. 341)

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Novela dividida en tres partes (sin título de capítulos):
- Parte I – Págs. de la 13 a la 234
- Parte II – Págs. de la 237 a la 310
- Parte III – Págs. de la 313 a la 341 (el narrador pasa a ser uno en 3ª persona omnisciente)

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Personajes que dan vida a la novela:

Óscar Santamaría. Protagonista. Funcionario del Juzgado de Familia de Barcelona. 32 años. Voz en off que narra la primera y segunda parte de la historia-novela. Le gusta la fotografía. Vive solo, no le agradan las tareas del hogar pero sí salir los días de asueto a correr por el parque con su perro, Robin (el del ojo que recuerda al de Trueba).

Familia de Óscar:
- Joan, padre. Ingeniero
- Carmen, madre.
- Cristina, hermana pequeña, berreona de niña.
- Lluis, cuñado
- Jandro, sobrino
- Itziar, sobrina
- Abuelos paternos: Román e Inés
- Héctor, primo.

Amigos/as de Óscar:
- Elisa, madre de Nerea, amiga de Óscar, está en el hospital por romperse la cadera; Eric, hermano de Nerea.
- Sonia, antigua novia; dueña de la mascota, Robin, al terminar la relación no se lleva al perro consigo.
- Juanjo, amigo de Óscar de la época del Instituto.
- Samuel, mejor amigo de Óscar.
- Montse, vecina de enfrente, casa de Óscar.
- Adriá, vecino de arriba.
- Elías, compañero de departamento en el trabajo.
- Doménech, jefe.
- Aurelio Rovira, compañero de trabajo y esposo de la Dra. Villalta, neuróloga.

Hospital:
- Petra Gómez Rialt, anciana que Óscar conoce por casualidad en el hospital. Enferma de casi noventa años, pequeña. . Primer espíritu que ve.
            Amigas y familia de Petra:
            Matilde – Vecina mayor
            Amparo – Vecina mediana
            Piedad – Vecina más joven, marido e hija
            Benito, sobrino y Genia (Ifigenia), esposa
            Dos amigas del barrio
            Sacerdote tanatorio
- Catalina, madre joven que Óscar conoce en el hospital. Nuevo espíritu.
           Pau, hijo de Catalina (muerto en accidente de coche cuando iba con la abuela, madre de Catalina)
            Padres de Catalina; tía Vanesa
- Manuela Beltrán, enfermera que cuida de Petra. Nuevo espíritu. Muerta a causa de un infarto.
- Aída Coll, enfermera rubia, joven, Óscar y ella se caen muy bien.
- José Latorre: celador, camillero, enfermero, lleva trabajando más de cuarenta años en el hospital.
- Fran, enfermero, compañero de planta de Aída.- Esther, enfermera mayor, se parece a Manuela.- Francesc, conductor de ambulancia.- Manuela Giménez, enfermera larguirucha.- Dr. Jiménez del Prado.- Dr. Segura. Dr. Guerra.- Vicki, Mariona, enfermeras de noche en la U.C.I.

Cantina de la estación y estación:
- Mina, chica de la cantina, novia de Óscar. – Frida, Amiga de Mina.
- Fede, camarero/compañero de Mina.
- Colsada y Tomás, vendedores de billetes

Otros:
- Dori, amiga de la madre de Óscar. Sobrino: Pepín, novia: Laia.
- Tania, amiga de Cristina, hermana de Óscar.
- Dependienta, floristería del hospital.
- Un sr. clavadito a Alfred Hitchcock.
- El Poki, dueño de un bar donde sirven kebab.


- Personajes famosos que aparecen en la novela – Alfred Hitchcock – Trueba (el ojo de Robin, perro de Óscar, le recuerda al del director de cine) – Tom Cruise – Marilyn Monroe – José Pavarotti – Aída (Verdi) – Tchaikovsky – Sean Connery – Nicolai Gedda (tenor sueco) – Steven Spielberg – Peter Pan y Wendy – Eugenio (humorista catalán) – El niño de “El sexto sentido”: en ocasiones veo muertos… - Juan Luis Guerra – “The One”, Elton John.

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Un espíritu en mi sofá, de Alicia Lakatos – Comentario de Juana Castillo Escobar.- De nuevo he tenido el placer de recibir de manos de la editorial, y por expreso deseo de la autora, Alicia Lakatos Alonso, su nueva novela: Un espíritu en mi sofá. Tras su lectura minuciosa y después de degustarla, como si de un buen vino se tratara, paso a opinar lo que, en esta ocasión, Alicia me hizo sentir al zambullirme en ese pequeño-gran mundo que bulle, que está vivo a pesar de vivir encerrado entre sus páginas.
Y, una vez más, al hablar de la novela, al tener que asignarle un género, me invaden las dudas; las interrogaciones son las mismas o parecidas a las que surgieron al reseñar su libro anterior, Bexonte… Género: novela pero, ¿a qué subgénero adscribirla? ¿Misterio? ¿Novela gótica porque hay “muertos”? No, gótica no, porque los muertos, los espíritus descritos por la autora no producen terror, sino todo lo contrario: dulzura, paz, ayuda, dolor, nunca miedo… ¿Gótica costumbrista? ¿Misterio-gótico-costumbrista? Una vez más, como dije en el comentario que hice del libro anterior, la autora engloba todos los subgéneros, es más, en esta incluye una nueva faceta que es el incluir una o dos páginas de contenido erótico.
En Un espíritu en mi sofá se turnan dos narradores: principia uno, en primera persona. Se trata de un narrador protagonista “deficiente” en cuanto a lo que sabe, o cree que conoce de su entorno que es nada porque, lo que nos cuenta y sabe de la vida y obra de esos espíritus que quedaron atrapados en este mundo, lo conoce por boca de los propios espíritus, y nos lo cuenta, lo que le convierte en un narrador “completo”.
En la tercera parte de la novela, la más breve, aparece un narrador en tercera persona, omnisciente… Se hace preciso este cambio debido a las “circunstancias adversas” que hacen enmudecer al primer narrador/protagonista –Óscar– (también en Bexonte hubo un cambio en la voz narrativa). Existen sucesos, en la trama de la novela, que hacen inevitable ese cambio.
En este pequeño-gran mundo de Óscar, protagonista de la obra: joven barcelonés de treinta y pocos años, funcionario en el juzgado de Barcelona se mueven, pululan, cantidad de personajes: coprotagonistas, secundarios de “lujo”, secundarios y extras..., todo un mundo vivo en el que, de repente, también conviven los muertos, con sus pesares, cargas, dolores, amarguras y soledades.
Incluye también, como en la novela anterior, figuras famosas del cine, música, humor; es una forma de dar cotidianeidad a la historia, de acercarnos a los personajes y su entorno. La autora casi nos hace creer que, en vez de tener un libro en las manos y leer una historia (la historia que ella nos quiso contar en esas páginas) consigue que nosotros, como lectores, nos sintamos parte de la trama, que nos transportemos a su “aquí y ahora”, que vivamos en “vivo” entre espíritus, nuevos amigos y, otros que, sin serlo, también nos dicen algo (Elton John, Hitchcock, Sean Connery, Peter Pan, Zara –tienda de ropa– y más…).
Al hacernos sentir tan cerca, tan dentro de la obra, consigue, en este caso, que nos cuestionemos y nos hagamos preguntas como: ¿Es posible que convivan con nosotros los espíritus de los familiares y amigos que, por la causa que sea, ya fallecieron? ¿Será real el hecho de que una persona tenga la suficiente sensibilidad como para poder verlos, hablar con ellos, sentirlos? Al final creo que llegamos a la pregunta más impactante: ¿Por qué no? Acaso, ¿alguna vez no hemos sentido como si algo o alguien nos vigilara y encaminase nuestros pasos hacia el mejor de los senderos? ¿No nos ha sobresaltado un escalofrío en plano verano, sin enfermedad aparente, y notado que algo se “adosaba” a nuestro costado?
Con esto llegamos a un realismo que, consigo, lleva la magia: la magia de las palabras; palabras encerradas, primero, en el cerebro de Alicia Lakatos, ahora en su novela: Un espíritu en mi sofá que, desde aquí, invito a que leáis y disfrutéis con ella tanto como lo hice yo. No os defraudará ni el tema ni su prosa: ágil, limpia y actual; una prosa que no cae en la simpleza ni en la vulgaridad; tampoco en palabrería culta y, en muchas ocasiones, totalmente vana.


Juana Castillo Escobar
Madrid, 9 de septiembre de 2019 – 14,03 a.m.

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