Título:
Pedro Páramo
Autor:
Juan Rulfo
Género:
novela breve
Editorial:
Fondo de Cultura Económica – México
Añor: 1975
Páginas:
129 - Décima tercera reimpresión
Resumen (aparece en la contraportada).- “Pedro
Páramo” refleja el drama de hombres y mujeres –siempre a un paso de la muerte
cuando no en la muerte misma- entretejido en distintos planos donde la
imaginación oscila del realismo a la fantasía y del relato crudo a la desleída
evocación. El movimiento de las escenas, que transcurre en una aldea
desaparecida y en épocas diferentes, contribuye a vigorizar el interés de la
novela. Se descubre así un mundo erigido en oscuras preferencias, descrito con
eficacia y arrastrado por el ímpetu de la fatalidad. El personaje
sobresaliente, que con su nombre da título al libro, constituye el centro de
los más notables sucedidos e interviene en muchos de ellos.
Mis
apreciaciones sobre la novela
* Rulfo
hace que en su obra aparezcan dos narradores: uno en primera y otro en tercera
persona, van turnándose según transcurre la acción y según le conviene mejor
uno u otro.
* A pesar
de tratarse de una novela breve (129 páginas), si se me permite la expresión,
diré de ella que es una novela condensada, apretada, angustiosa…
* Y, de
vuelta al punto anterior, en esas escasas 129 páginas, pululan tal cantidad de
personajes que, regreso al punto superior, la sensación es de multitud a pesar
de la soledad que nos describe el autor.
* El título
es premonitorio de lo que vamos a encontrar: a) Pedro, cuyo significado es piedra
y b) Páramo, terreno yermo, raso y
desabrigado. También lugar frío y desamparado. Es indudable que el
protagonista, Pedro, es duro como una piedra y, como indica su apellido, se encuentra
en un pueblo perdido que es un erial, un lugar seco e inhóspito. Es el mejor
título y el mejor nombre para alguien que nos describe a eso: un ser duro,
despiadado y frío, una roca del desierto pero que, al final, los avatares de la
vida también acaba por desmoronarse.
* No es
una obra dividida en capítulos, ni tan siquiera utiliza un orden cronológico.
Personalmente la calificaría como una obra
cubista. Recuerda a las obras picassianas que presentan, por ejemplo,
varias facetas de un mismo rostro. Esta novela me parece igual de llamativa.
* El mundo
real, el imaginado, el mundo del más allá se entremezclan de tal modo que, a
veces, se llega a dudar si todo es un sueño, una irrealidad, si Pedro Páramo
busca una quimera…
* Por todo
ello, a veces, su lectura no es nada fácil. Además hay que tener en cuenta que,
aun a pesar de estar escrita en español, se trata de español de México, con sus
modismos y vocabulario diferente al español castellano.
Personajes
Como
anoto más arriba hay infinidad de personajes, aquí apunto unos cuantos:
Pedro
Páramo, padre del narrador
Narrador
Doloritas,
madre del narrador
Abundio,
un caminante que también se dice hijo de Pedro Páramo, al menos así se presenta
al narrador
Doña
Eduvigis Dyada y su hermana María, esta tuvo muchos hijos de varios hombres
Susana
Abuela
Abuelo
Micaela
Doña
Inés Villalpando
Inocencio
Osorio, “amansador” o saltaperico (según la R.A.E., en Cuba significa: Persona
inestable)
Tía
Gertrudis, hermana de Doloritas y tía del narrador
Rogelio
Miguel
Páramo
Ana,
hija de Pedro Páramo, sobrina del cura - Padre Rentería-
Don
Fulgor Sedano
Padre
Rentería
Cuatro
caporales de La Media Luna mozo de cuadra, Terencio y Ubillado Lubianes,
Toribio Alderete, Isaías, Jesús, Damiana Cisneros y su hermana Sixtina… (Todos
ellos trabajadores en la hacienda de Pedro Páramo)
Mujer
del rebozo, mujeres del pueblo, un carretero de Comala, Las Preciados: Matilde
y Doña Dolores (la Lola), Filoteo Arechiga… Etc. etc. etc.
Frases que
me han gustado y figuras retóricas
-
[…] muchos de los que allí se mueren [en Comala], al llegar al infierno
regresan por su cobija. (Hipérbole).
-
Era la hora en la que los niños juegan en las calles de todos los pueblos,
llenando con sus gritos la tarde. Cuando aún las paredes negras reflejan la luz
amarilla del sol. Al menos eso había visto en Sayula, todavía ayer, a esta
misma hora. Y había visto también el vuelo de las palomas rompiendo el aire
quieto, sacudiendo sus alas como si se desprendieran del día. Volaban y caían
sobre los tejados, mientras los gritos de los niños revoloteaban y parecían teñirse
de azul en el cielo del atardecer. (Prosa
poética. Comparación).
-
Oía caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las
calles. (Oxímoron).
-
[…] su voz estaba hecha de hebras humanas… (Oxímoron).
-
Al recorrerse las nubes, el sol sacaba luz a las piedras, irisaba todo de
colores, se bebía el agua de la tierra, jugaba con el aire dándole brillo a las
hojas con que jugaba el aire. (Personificación).
BIOGRAFÍA Y OTRAS OBRAS DEL AUTOR.-
Nació en Sayula, Jalisco, el año 1918 y murió en México en 1986. Hijo de una
familia acomodada diezmada durante las luchas cristeras, las vivencias de su
infancia marcaron profundamente su breve producción literaria, iniciada en los
años cuarenta con la publicación, en la revista PAN DE GUADALAJARA, de algunos
relatos que integrarían "EL LLANO
EN LLAMAS" (1953). El mundo cruel y vertiginoso de los quince cuentos
de este volumen, descrito con una prosa sucinta, en la que todo queda reducido
al nervio mismo de la expresión, se funde en esencial unidad con el caos
inmutable de "PEDRO PÁRAMO"
(1955), formando un universo en el que la narrativa de la revolución mexicana
encuentra su quintaesencia y su apoteosis.
Después de estas dos obras capitales
de la literatura latinoamericana contemporánea, no volvió a publicar narrativa,
aunque escribió algunos guiones
cinematográficos (El gallo de oro, El despojo y La Fórmula secreta,
publicados en 1982) y artículos
periodísticos (recopilados en Para cuando yo me ausente, 1984). En 1983
obtuvo el premio Príncipe de Asturias de las Letras.
México festeja
el cincuentenario y la vigencia de “Pedro Páramo” con la lectura de un
fragmento inédito
Con la lectura de un fragmento de “Pedro Páramo” eliminado
por Juan Rulfo, Clara Aparicio,
viuda del escritor, se unió a los actos para celebrar medio siglo de la
publicación de esa obra. A continuación la crónica del evento y el texto
desconocido de la gran novela de Rulfo.
Publica la Jornada
en su edición del 14/3/2005 Por Ana
Mónica Rodríguez.
Acompañada por sus hijos en la sala Manuel M. Ponce
del Palacio de Bellas Artes, Clara
Aparicio además canceló el timbre postal conmemorativo 50 años de la
publicación de “Pedro Páramo” de Juan
Rulfo -diseñado por Pablo Rulfo-,
junto con Guillermo Martínez,
secretario de Educación de Jalisco, y Carlos
Caballero, representante del Servicio Postal Mexicano. "Me siento
honrada de convivir en este momento en el que celebramos la calidad y
permanencia" de dicha obra, expresó Aparicio, quien también observó la
proyección de un vídeo con la semblanza del autor jalisciense tras la
presentación de la edición facsímilar “Los murmullos antes de Pedro Páramo”,
que reúne los tres primeros fragmentos de la novela, y del libro “La recepción
inicial de Pedro Páramo”, de Jorge
Zepeda. Agregó: "Es muy valioso lo que se ha expresado aquí, ya que de
la lectura y el estudio de la obra se desprenden conclusiones que inducen a
profundizar en ella". Emocionada, continuó con la lectura del texto
inédito, el cual, afirmó, se encuentra en los cuadernos del autor y fue omitido
al publicarse “Pedro Páramo”. También participaron en la ceremonia Saúl Juárez, director del Instituto
Nacional de Bellas Artes, y los escritores Alberto
Vital, Cristina Rivera Garza, Daniel Sada, Dietrich Rall y Jorge Zepeda. La versión facsimilar
“Los murmullos...” surge de una trilogía de fragmentos publicados en tres
revistas antes de que estuviera en circulación “Pedro Páramo”. La primera en
“Letras Patrias” (1954), donde se localizan los dos primeros fragmentos de la
novela en un estado previo al que se conoce: en lugar de Comala, las acciones
ocurren en Tuxcacuesco. El segundo apareció en la Revista de la Universidad y contiene
las secuencias 41 y 42, donde Susana San
Juan habla; después viene un diálogo corto
de Juan Preciado y Dorotea. Y en Dintel aparecieron casi
completas las cinco primeras cuartillas del original mecanografiado que Rulfo entregó al Fondo de Cultura
Económica para la primera edición de la historia. Tales secciones fueron dadas
a conocer por Juan Rulfo a manera de
cuentos un año antes de la publicación de “Pedro Páramo”, que apareció en las
librerías en los últimos días de marzo de 1955. Jorge Zepeda, especialista literario y estudioso de la obra de Juan Rulfo, afirmó que con el facsímil,
editado por el INBA, "se puede comparar el estado de escritura y la
evolución del texto de la novela". Mientras la narradora Cristina Rivera Garza se refirió a las
características literarias de “Pedro Páramo”, Alberto Vital y Dietrich
Rall presentaron el libro La recepción inicial de “Pedro Páramo”, al cual
consideraron una puntual revisión sobre todo lo escrito, reseñado y analizado
de la literatura de Juan Rulfo.
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Páramo
desconocido
El padre Villalpando recogió sus cosas y regresó a
continuar la misa. Su cabeza se movía de un lado a otro, desoyendo el
movimiento de su cuerpo, y, de pronto, se dio cuenta de que estaba pensando en
su cuerpo, o quizá no en el de él, sino el de Susana San Juan, que había
mostrado los senos desnudos flotando en un aire caliente y el comienzo en la
cintura, allí donde se llevan todos los pecados de los hombres. Pero él no era
hombre, lo había sido. Ahora pertenecía a otra humanidad. Sacudió la cabeza
para borrar la imagen de aquella mujer, perdida mujer, hermosa, con la
hermosura limpia y los senos otra vez prendidos en el aire, sostenidos por el
aliento; los senos, nidos de amor, pero él no tenía derecho de eso ni de
ninguna otra cosa. Sacudió otra vez el pensamiento y entró al Evangelio
bendiciendo con sus manos temblorosas a los fieles. Luego se hundió en el
recuerdo vivo, reciente, y sus manos, utilizando las yemas de los dedos,
repasaron las letras de la mesa, sin atreverse a recorrer la hoja, las letras
que tenían figuras de mujer. Luego, vencido por las venas hinchadas, pronunció
el nombre de Susana San Juan y cerró los ojos, estremecidos sólo por ese
nombre. Volvió a pronunciarlo para castigarse, sintiendo que era un fuete de
fuego que le partía la cara y, al hacerlo, encontró otra vez los senos en las
letras redondas. Se arrodilló para la consagración, contó los gestos de la Oración del Huerto, pero
cerró el cáliz sin haber probado la carne ni la sangre. Todos los movimientos
deteniéndose, conteniendo la respiración, esperando que alguna señal le
reprobara, mientras oía el sonar de la campana, y adivinó que los fieles
estarían pegados hacia la tierra; cerrando los ojos se perdonó a sí mismo, por qué
si estar arrepentido es su intención.
Por la puerta abierta de la iglesia entraban las
golondrinas repasando la nave. Oyó el piar de las golondrinas en el silencio
que antecede a la culminación de la vida. La oración dicha en latín, en un
idioma que puede deletrearse o que puede convertirse en un rumor ininteligible.
Cerró el breviario y entró en el Evangelio de San
Juan. En el principio existía el verbo, pero ya para entonces todos los fieles
habían abandonado la iglesia apenas alumbrada en esa hora. Pensó en Susana y se
soltó las manos para dar la bendición, pero enseguida un cuerpo totalmente
desnudo se puso junto a él, enfrente, y él lo miró, se recostó sobre el pilar
del curato y sus manos abrazaron la imagen y sus labios calientes besaron la
fresca casa donde estaba vivo el cuerpo de Susana. "No sé por qué",
dijo, "no sé por qué", y sus labios destilaron agua y mordieron en
ese otonco de un pilaje cultural; después, al separarse, dijo: "Tengo un
día por delante, pero no sé lo que sucederá cuando llegue la noche".
Fragmento que
Juan Rulfo eliminó de Pedro Páramo y fue leído por su viuda, Clara Aparicio, en
el Palacio de Bellas Artes. El título es de la Redacción de La Jornada
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